Divague de supermercado

Le pregunto al cajero del supermercado:

-Eres nuevo, ¿sí

-No, llevo años en la empresa. 

-Pero en este sí eres nuevo. 

-Para nada. 

Miro hacia arriba intuyendo la cámara. 

Mientras sigue poniendo los códigos, lo observo y sé que nunca lo vi ni me vio. Y que los demás con los que compartía risas, comentarios, trozos de vida cotidianos habían desaparecido desde el 14 de marzo y en ninguna compra volví a verlos. 

Al preguntar a cualquiera, la respuesta era: "Es que están repartidos". 

Hoy finalizando Octubre pienso en ellos y donde estarán. 

Momentos de meditación conspiratoria

Una voz murmura: ¿Erte?, sabes, suspender al personal con sueldos mayores  y fijos y contratar otros con sueldos menores y sin antigüedad (temporales, bah) 

El estado da las prestaciones a los "erteados" y la multiempresa se beneficia en el Intercambio, a que sí, con grandes ganancias que siguió aportando "la epidemia" en donde las ventas no disminuyeron. 

Shhhh, deliras, no ves acaso como se han derrumbado miles de tiendas, el trabajo de tantos años, la calle, las persianas cerradas. 

No hablo de ellos Mefistófeles, sino de M., L., A., C., ... 

Fin de la meditación 

Con el carro listo voy camino a la salida mirando rostros con máscaras y ojos ávidos de compra. Ninguna señal de caras antiguas, cómplices de media hora. Y dando las gracias que todavía hay cajeros en éste . 

Y ahí termina el Divague, no pasa nada, solo "una maratón mediática de virus sin identificar" mandones y prepotentes que nos han acorralado y mandado a casa por tiempo indefinido. (Véase: ganado.)

Shhh, a todos no... (Véase: capataz)

Hay algunas cosas que todavía podemos hacer, además de comer, beber, comprar, trabajar si hay, el cole..., por ejemplo bailar