Cita con el notario


 Una mañana azul y templada en la autopista ya bastante concurrida.

Llego al centro donde es imposible aparcar en la calle, así que como siempre me voy al aparcamiento.

Al salir, en la esquina siguiente, está la notaría. Entro y en la recepción, la misma empleada de ayer cuando entregué la documentación. 

Coloca delante el desinfectante a base de alcoholes y glicerina que debo ponerme obligatoriamente (yo ya me había desinfectado con mi alcohol todo el recorrido, el ascensor...); me toma la temperatura, le pregunto cuanto tengo y me responde que no leyó, que solo debe estar alerta si se pone naranja. Ajá.

Me hizo pasar a la sala para leer el documento. Una novela por un simple poder; lo leí consultando por supuesto el diccionario, ya sabemos lo que es el jeroglífico de los letrados.

Entró la secretaria, preguntó si ya estaba y si tenía alguna duda. Consulté dos cosas. Tardaría unos 15, 20 minutos, si quería podía ir a tomar un café.

Salí encantada y nada de café, mejor caminar y observar los comercios.

Llegué a una librería y como no me resistía a seguir de largo, decidí entrar por una agenda de 2021, era una buena manera de romper el hechizo maligno de este año, cambiándolo.


Y oh sorpresa, libros, libros y libros incluyendo títulos nuevos. Como había de todo menos agenda, pregunté por ellas y me indicaron el piso de abajo. Qué belleza de librería, además del contenido, la decoración bellísima. Creo que allí había todo lo que se podía preguntar. 

Elegí una agenda preciosa para escribir el próximo libro de Ana (Frank) Luz. 

Subo para pagar. Allí estaba la cajera-dependienta-propietaria que al comentarle sobre la cantidad de libros me contó algo absolutamente asombroso para mí. 

En marzo , al empezar el estado de alarma, cerraron. Abrieron después de un mes y sucedió algo inaudito, una cantidad enorme de gente como si fuera Navidad o reyes se iba concentrado cada día, todos compraban libros y algunas cosas más, pero siempre libros. 

Tenían que pagarlos allí pero habían prohibido llevarlos a casa, tan absurdo, siguió comentado la cajera, si ya habían entrado...

En definitiva no daban a basto en dependientes y repartidores. 

Estaba tan sorprendida ante lo que contaba... y le digo, yo pensaba que el libro digital iba a ir reemplazando cada vez más al papel y con más razón en un encierro, ella contestó que eso mismo creía, pero que la demanda no cesaba. La gente quiere libros. Y eso parece, en lo que estuve allí no dejó de entrar gente guardando la distancia debida mirando libros y seleccionando. 
Salí divertida y contenta de que los libros, esos pedazo de papel, pegamento y palabras siguieran acompañando las hora solitarias de tantos. 


... Y el día seguía azul y templado con un tinte de armonía y belleza. 






Comentarios

  1. La sensación de entrar en una librería es amable, estás entre amigos, olores, colores palabras, caligrafía, si me preguntan siempre pido tiempo, tengo que elegir y decidirme todos no puede ser. Entrar contigo me ha hecho escribir. Un abrazo y regresa pronto a la notaría, te espera la toma de temperatura y el gel.

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  2. Yo fui al dentista y pasé por el gel y la temperatura.
    Hoy hacia un frío que se te helaban las ideas, aún así, entré en una librería al salir.
    Busqué y encontré un libro que había perdido, el dependiente entró en la trastienda y me trajo un ejemplar envuelto en plástico.
    Cuando se lo quité en el coche me di mi gel.
    Por fin recuperé algo querido.
    Besisimos.

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    1. Qué alegría, verdad?
      No sé qué se pretende con el plástico, se contradicen en todo.
      Ese frío... Aquí pleno verano y rogando lluvias.
      Disfruta de ese ejemplar tan querido. :)

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  3. Ahora a donde vayas hay que echarse gel para desinfectar las manos, así es la mejor manera de no contagiarnos, y la temperatura la suelen tomar en los centros de salud.

    Qué gusto entrar en una librería sobre todo antes de la pandemia que podías mirar o coger los libros, ahora no dejan, solo se pueden mirar.

    Yo antes era de usar agendas, pero ahora con el móvil lo llevo todo ahí escrito, y no las utilizo.

    Besos enormes y feliz semana.

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    1. Yo lo uso todo. Las agendas, solo porque tienen fecha, pero siempre han sido cuadernos de campo, no sólo escritos sino con dibujos y mil cosas pegadas que voy encontrando, objetos, imágenes.
      Besos enormes

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  4. Nada como sentir en la yema de los dedos, la textura de esas páginas al pasarlas; ese peculiar olor; y, sobre todo, esa fascinante sensación de viajar a través de tiempo y espacio, muchas veces, incluso haciendo y sintiendo como tuyo aquello que lees…

    Muy bonita entrada querida Luz.
    Los libros son compañeros incondicionales e infatigables, a pesar de lo que ocurra en el mundo de ahí fuera…

    Abrazos enormes, y muy feliz semana 💙

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    1. Son sensaciones especiales, todo es peculiar y lo tienes solo a él, no integrado a una lista.
      Todo lo que ocurre fuera ocurre dentro. Por eso, en mi caso, intento armonizar con lo mejor que encuentre.
      Abrazos fuertes y feliz semana

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  5. Qué estarías haciendo... 😀
    Papeles? Uff
    Y la librería...
    Tq

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