Esta semana ha sido asombrosa en la calle. Carreteras, autopistas, calles céntricas. Mucha gente.
Qué pasa, pensaba, han llegado turistas o qué. Y claro los sabios de siempre aclararon el misterio: "Compras de Navidad" que hay que hacer ya, porque después todo es más caro o no se encuentra.
Con tanto encierro y prohibiciones, creí que este año solo las ventas por Internet se iban a poner gordas y a punto de explotar.Y sorpresa, aunque todavía hay algunas comunidades como Euskadi que mantiene los negocios cerrados y los municipios aislados o Castilla y León, Asturias, Cataluña..., otras se han lanzado a la carrera y a empezar a juntar comida, regalos, adornos.
Y hay atascos, sí, atascos, como en los viejos tiempos y sin gripe. Ya no vamos tosiendo, estornudado ni moqueando. Se acabaron los pañuelos y el "estoy fatal, no puedo con mi alma".
Y así los grandes centros comerciales parecen recuperar las luces, los papás Noel, las bolas, los acebos y muérdagos mientras los pequeños intentan colarse por un rincón haciendo señales desde el morse pasando por el humo o un simple grito "nosotros también estamos aquí"
Noticia esperanzadora de que el consumismo ha dado paso a una necesidad de liberación a través de la ilusión de intercambiar objetos y satisfacer pequeños deseos.
¿Qué regalarnos este año? ¿Qué paquetes hermosos descenderán de la chimenea de los sueños?
¿Cuántas volverán a ser el centro familiar?
La actitud Luz, me dije . Estamos, y seguiremos creando con realidades distintas. Pocos se darán por vencidos al brindis, las risas y las lágrimas. Y los que están solos, repetirán su ceremonia del ayer.
Pues nada a seguir... Y sobre todo solidaridad. Hay mucho que sobra y mucho que falta. Un gesto, un simple gesto va rompiendo las distancias.
No está mal este regalo...
Hay regalos hermosos que nos dejan alegría al repartirlos, solidaridad, tiempo, paciencia, compañia... Celebremos la Navidad con alegría. Un abrazo para ti un aplauso para tus palabras
ResponderEliminarEs cierto Ester, son muchos los detalles que ocupan nuestra vida pensando en qué necesitan nuestros queridos, qué les gusta, qué es lo que les falta. Y después estar este año con quien o quiénes podamos. Se han agregadon otras acciones: contar y que estén libres.
EliminarUn abrazo
Sí, me encanta esta propuesta. Ya no se trata de gastar, de aturdir con regalos y sobrealimentar por codicia festiva sino llenar la ilusión y darle peso. No es nacesario mucho más que ese regalito del final.
ResponderEliminarOjalá nadie esté o se sienta solo sea lo que sea.
Deberíamos colaborar todos para esto.
Tq
Eso es Camill, no es necesario volverse locos comprando, planificando si eso no causa placer.
EliminarSino una actitud lúdica, que nos permita estar abiertos, descansados.
Salvo, lógico que guste lo contrario. Lógico.
Y la ayuda siempre debería estar dispuesta.
Tq
Por primera vez me alegro de las compras navideñas, las luces, la fanfarria. Ahora todo acercamiento, todo lo que se comparta, debería ser un motivo de algarabía y una reacción de seguir haciendo mañanas con voluntad y lavando miedos.
ResponderEliminarDesinfectarse y no dejarse contagiar con el desánimo.
Estoy contigo para empezar ya a sacudirnos. Si alguien se ha quedado sin ilusión, hay que proponer ideas con las que debe salir.
He dicho.
Firma, Paulo Coelho
Un Kuss
Jajaja, menos mal que has dejado de gruñir. Lo que a unos les causaba grima ahora lo extrañan, ya lo sé no a ese extremo de consumismo feroz.
EliminarIncluso detrás de todo eso había como una forma de esconderse, porque muchos piensan en lo que fue de forrms bastante idílica, algo que ahora puede mejorarse. No crees?
Muy bueno tu mensaje de autoayuda, un poco más y te transformas en Papá Noel. 😀
Un Kuss
Hum, no sé. Solo considero que nunca son buenos los cambios bruscos o pasar de una idea o tendencia a la contraria sin tener nada claro en este momento peligroso.
Eliminar¿Es que no lo soy?
En Euskadi, de momento, solo está cerrada la hostelería y muchas ciudades y pueblos perimetrados. Aún así no está perimetrada la ilusión y el deseo de ser felices. Saludos.
ResponderEliminarMencioné a Euskadi porque tengo. Amigos allí y cuentan, ya sabes. Pero son bastantes comunidades con problemas de movilidad.
EliminarY esto que has dicho es hermoso:
"Aún así no está perimetrada la ilusión y el deseo de ser felices."
Saludos
Lo llevamos en la esencia… De alguna u otra manera, somos felices repartiendo felicidad, y aun cuando las limitaciones no son las que eran, seguimos teniendo la necesidad de convivir con esos gestos que nos recuerdan que somos humanos…
ResponderEliminarTe dejo abrazos y sonrisas esperanzadoras, y te deseo un muy feliz finde, querida Luz 💙
Si Ginebra, somos manada, jauría, grupales para defendernos entre todos y ese sello aún prevalece.
EliminarTambién te dejo abrazos y sonrisas para repartir el fin de semana. 💜
Yo pasaré la navidad con una amiga y cenaremos tortilla de patatas. Sin regalos ni adornos.
ResponderEliminarUna navidad un poco atípica, pero eso sí, solidaria con los que tienen menos. Eso es obligación moral.
Besisimo
Moony, tú ves, eres de los que se han quedado aislados y los tienes a pocas horas pero sin posibilidad de ir o que vayan.
EliminarPero estás con una amiga y será pasajero, después el reencuentro será apoteosico 😀
Ahora, lo de una tortilla y sin adornos, parace como muy poco... una forma de solidaridad que mencionas es colaborar con unas noches que disfrutes y no te niegues, puedes sacar fotos, hacer vídeo, hablar con ellos. No estás sola afortunadamente.
Y ya volverán.
No me riñas, solo son pensamientos míos 😀
Jajajaja boba...
EliminarYo recuerdo otros años que unos meses antes de navidades ya estábamos preparando las navidades, los platos que íbamos a preparar, y los regalitos, y en cambio, este año, es tan diferente, que la verdad, que creo que se nos ha quitado esa euforia por comprar y gastar. Así que por un lado, nos ha venido bien este stop que nos ha servido para decir ¡basta! a tanto consumismo, basta ya de tantos regalos. Si lo más apreciable y sentido es lo que ahora carecemos. Esos abrazos que tanto se necesitan, esa cercanía con las personas que nos gustaría estar, o ver esas sonrisas. Ahora todo tan frío, pero creo que nos ha servido de lección.
ResponderEliminarA pesar de todo yo pondré dentro de unas semanas el arbolito con las luces, a ver si se nos iluminan las miradas.
Muchos besos, preciosa.