Tal vez un día vuelvas a pasar de largo como aquella tarde en el Jardín de Badis cuando los dos troncos empezaron a caminar hacia ti y sentiste pánico. Sabía que no ibas a soportar el roce de más hojas.
No entendías que solo querían acercarse cansados de inmovilidad y compartir tu estatismo.
Estabas histérico, agitaste más que nunca los brazos y apoyado en el viento del norte te elevate sin mirar.
El tronco uno siguió quieto y el dos se pegó a mí.
fui trepando y trepando hasta los brotes más tiernos, quería alcanzar la copa y quedarme mientras lo demas se movía abajo y tú permanencias desaparecido.
Hasmis Pull Aba, estaba observando desde el otro lado de puente.
Lucila dormitaba en el heno con el vientre saciado y las manos llenas mientras Vincent contemplaba delante del atril.
Juegas con las imágenes con maestría, cada una su comentario oportuno. Abrazos
ResponderEliminarYo no sé qué decir... vaya, que ni una palabra..
ResponderEliminarEs alucinante...
Besisimos.
Me gusta mucho la delicadeza de tu blog y el arte que convinas con palabras
ResponderEliminarun saludo y suerte