Mascotte en tiempos de pandemia

¿Por qué mascotte y no mascota? Porque es una palabra que se rescató del francés y este lo extrajo de otras lenguas que en definitiva significa “amuleto”.

Un amuleto es una figura o máscara u objetos en forma de animales, personas, dioses, astros, plantas, etc. portadores de buena suerte y que protegen contra el mal.

Alguien de buena fe quiso depositar esta idea en otras especies que conviven con los humanos. Luego los diccionarios vulgarizaron el término como “animal de compañía”.

Quiere decir que Bettine, de la operata  “La mascota”, era un animal de compañía. Por poner un ejemplo de lo mal que suena.


Un perro, un gato, una tortuga, un ave que hemos adoptado para que viva con nosotros, comparten nuestra existencia cada día como cualquier otro miembro. No son nuestros bufones o un algo que está ahí como simple acompañamiento. Forman parte de una familia o de un individuo que se ama y nos ama. Que se dejan cuidar y nos cuidan. Vidas que se llenan de historia con sus miradas, su ternura infinita, su alegría y sencillez. O cantos o voces. Los que nunca nos dejan, los que muchos abandonan. 

Ellos estuvieron en nuestra libertad, en las guerras, en el llanto, en la miseria, con hambre o sin ella.  Formando parte de la niñez y los juegos, de la adolescencia que solo ellos comprendían o la juventud y la vejez. 

Hasta la muerte, lo único que nos ha separado siempre. 

Y nuestra vida se llenó de nombres maravillosos, que fuimos colocando en una estrella con ese llanto que rompe desde adentro, tan adentro.

Como se puede llamar a todo eso “animal de compañía”. Son aquellos seres llenos de luz que nos protegen del mal.


Y ya, en tiempo de pandemia

En este encierro, en este “pánico inducido”, ellos eran y son los primeros en detectar nuestro estado. A veces haciendo piruetas para reírnos o pegados a nuestro cuerpo. Nos besan, nos miman, nos sacan de paseo, aguantan el malhumor o si un pequeño está agresivo. Y qué necesitan: la comida y el agua que al encerrarlos entre humanos no pueden hacerlo por sí mismos. O las necesidades básicas por idéntico motivo.

Cuando su vida se acaba, solo deja su plato, su recipiente del agua, su collar o su correa, juguetes, una jaula.

Y el dolor.

Hay humanos a los que no les gustan. Mientras no los maltraten o los maten o los destruyan, respeto.


En el  jardín más cercano a la cocina de mi casa, siempre hubo un naranjo.



El más hermoso para mí y no por sus naranjas y azahar, todo él irradia amor. 
Cada día lo abrazo tanto si decae él como yo y ambos resurgimos. La fuerza del amor y los abrazos.

Comentarios

  1. Maravilloso tu grito que comparto totalmente. Durante el primer confinamiento que tuvimos, perdí, en cuestión de semanas, a dos perritos. Uno lo hizo por una enfermedad extendida e incurable, y el otro, aunque era mayor, estoy segura que fue por tristeza, y tan solo se dejó ir… Muy, muy doloroso… Algo de cada uno de nosotros con los que compartían sus vidas, se fue con ellos… Así que te entiendo perfectamente. Ellos forman parte de la familia, de las emociones y experiencias. Son seres extraordinarios…

    Y te dejo un abrazo enorme, y te deseo un muy feliz finde, querida Luz 💙

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    1. Oh Ginebra es tan especial compartir con alguien que ha sentido lo mismo, solo así se entiende hasta que punto se puede amar.
      Me conmueve lo que pasaste, lo que has sufrido tú y los demás con ello.
      Y me repito siempre: lo único malo que tienen es morirse.

      Un abrazo enorme y un fin de semana ideal 💜

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  2. Siempre son parte de la familia, yo les he llamado siempre mis niños.
    No puedo entender el maltrato o el abandono porque necesitan tan poco...sólo saberse queridos y lo dan todo, absolutamente todo.
    Cuando uno muere deja un vacío tremendo, un dolor indefinible.
    Son únicos e irrepetibles.
    Los adoro.

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    1. Si, Moony. Ya se ve en en la side de tu blog el amor, no solo por tus perritos sino por los animales, la naturaleza, el universo.🙂

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  3. Cuánta falta hacía que alguien hablara de ellos. Es que dentro de tanta enajenación, rollos, mentiras, guerra biotécnica, emocional y mental, manipulación, Ellos son realmente lo que dices, seres de amor para rescatarnos del egoísmo y esclavitud al que quieren conducirnos esos fantasmas tenebrosos que obran en la oscuridad. Ya sabes a qué me refiero, ¿si?
    Tqmos

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    1. Sí , así es, siempre nos rescatan. Y tanto en mi niñez como la de los míos, siempre estuvieron y nos ayudaron a crecer mejor con esos seres que parece que todo lo saben.
      Cuando era muyyy pequeña tenía un perro lobo hasta los 15 años y parecíamos siameses. Cuando jugábamos en la calle con otros niños, el estaba echado observando todo y si se acercaba un adulto desconocido, se levantaba y lo vigilaba.
      Cuando iba al colegio tenían que tener cuidado con la puerta en casa porque aparecía en la clase.
      Y así, otros y gatos.
      Y ya hablaremos de las gallinas salvajes que están por toda la isla. Qué maravilla.

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    2. Siempre me conmovió esta foto:
      https://i.postimg.cc/XYhZM9DC/amor-del-ni-o-y-el-perro-Palabras-desocupadas.jpg

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    3. Es hermosa esa foto. Y recuerdas cuando Claudia de bebé gateando por el jardín con esa escalera a la terraza y que Glauco empezó a ladrar y cuando saliste Claudia estaba en el primer escalón y él en el segundo no la dejaba subir.
      Grandioso. 😀
      Cuántas anécdotas.

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    4. Jo, todavía te acuerdas .. 😀

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  4. Tener un "amigo" con el que compartir tu vida es un privilegio que todo el mundo debería conocer y sobre todo disfrutar,... ellos llegan a ser nuestra parte más auténtica...
    Un abrazo!

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    1. Si Norte, es increíble, siempre pienso y siento exactamente lo mismo que dices. Es un regalo de vida muy valioso.
      Un abrazo!

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  5. Las mascotas llegan a formar parte de la familia, y son una gran compañia, personalmente no tengo pero tengo familia y amigos que tiene y se lo que significan. Un abrazo

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    1. Es que no siempre se pueden tener, en lógico.
      Pero ya ves lo vives a través de otros.
      En un refugio donde era voluntaria, había gente que no podía tenerlos en casa o extranjeros de paso que adoptaban a uno y los sacaban de paseo, le llevaban cosas ricas, colaboraban con sus gastos veterinarios, etc.
      Un abrazo Ester

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  6. Otro post buenísimo para mí Luz.
    Y solo podría repetir lo que has dicho tú y los demás.
    También tuve una perrita desde que nací, era una flecha. Corríamos juntos y jugábamos al fútbol y un gato gris Tifi, no me preguntes porqué mi hermano le puso ese nombre.
    Y más hasta ahora. Qué queda por agregar, todo y nada, son tantas historias.
    Un Kuss amiga

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    1. Qué bonito Marcel y nunca preguntaste a tu hermano porqué le puso ese nombre, jajaja. Es muy guapo: Tifi 😁
      Un Kuss

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  7. Cuando era niño/adolescente tuve en casa ranas, hamsters, peces, pájaros. Todos bien cuidados. Mi padre trajo un jilguero que le regaló no sé quién, le tenía mucho aprecio (mi padre) porque cantaba por las mañanas y alegraba la casa. A mí me daba pena verle dar saltos por la jaula (el jilguero). Una tarde que estaba solo en casa (yo) le abrí la puerta (al jilguero) para que pudiese volar por la cocina. Voló sí, pero alocadamente, chocó contra el techo y cayó en una taza con aceite que tenía mi madre para preparar la cena. Saqué al pobre pájaro y lo dejé temblando (el pájaro), embadurnado, en su jaula. Cuando volvió mi madre le conté lo que había pasado, mi buena intención y sus malas consecuencias. “Ya verás cuando se entere tu padre”. Y mi padre llamó por teléfono (no había móviles, prehistoria) para decir que llegaría un poco tarde, que tenía trabajo. Mi madre aprovechó para avanzarle que “el jilguero está raro, algo tiene”. Mi padre, dando soluciones, dijo “eso es que está empachado, darle un poco de aceite en el pico”. No se lo dimos. No hubo tragedia cuando volvió (mi padre). Comprobé que me quería más que al puto jilguero y me libré de un trauma de esos que te mayor te convierten en un asesino en serie o en un vagabundo. Se murió, claro (el pájaro), le enterramos en un jardín cercano. Además de la familia nunca más tuvimos animales en casa.

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    1. Jajaja esto es un relato superior. Digno de un premio.
      Conclusión y probablemente un aprendizaje que obtuviste de yapa: qué difícil para un prisionero adaptarse a la libertad.
      Y el amor de tu padre. Ves, es increíbles todo lo que puede hacer una mascota con quienes conviven.

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  8. Es que hay algo en lo que no sean importantes.
    Adorable todo esto querida Luz

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