Ruina y restauración del pasado

"Desgraciado Catulo, deja de hacer locuras
y lo que ves perdido, por ello dalo.
Brillaron para ti en otro tiempo 
blancos los soles."
Cayo Valerio Catulo


La tarde apacible con las dos mujeres en el jardín. Sumo de naranja, dos tazas de café, a ninguna le gusta la leche o el té. El sonido de los herrerillos, la brisa recorriendo los árboles y su voz:

“Por qué siempre me pasa lo mismo, he sido incapaz de decirle las cosas. Ayer fui al barrio y recorrí las casas y la plaza donde nos conocimos; cada aniversario lo festejábamos asi. Y lo esperaba, te das cuenta, me quedé esperando y por supuesto él no iba a ir.

Absurda. No pasó nada. El tren, el regreso y el piso vacío. Por qué me duele tanto ese vacío, ese silencio y las cosas que no se mueven.”

-Han pasado casi dos años. No comprendo por qué no lo has superado.

“Estaba mejor, aunque no lo pude asumir, pero empezaba a ver lo demás. El año pasado, de pronto, el encierro, los chicos lejos. Marisa hacía un mes que se había ido a vivir con su pareja y Lotar que se lo llevó él.

El primer día que se podía salir, fui a buscarlo. Sabía que no estaba. Y fui. Llegué ahogada con la mascarilla y hablaba sola por las calles.

Estoy enferma, no es normal. Tanto que una vez me pareció verlo y me escondí llena de miedo a que me descubriera. Después comprobé que no era y llegué a casa  temblando todavía.

Qué es eso, lo busco y no quiero encontrarlo. Si cualquier día apareciera, huiría. No podría estar con él, ya no, lo sé y lo había asumido. Qué estoy haciendo.”

-Supongo que después de la separación, que te lastimó tanto, que rompió los esquemas de una vida realizada y tranquila, con amor, te llega inmediatamente un segundo zarpazo: Otra separación aún mayor, un mundo vuelto al revés, perturbado y sin tus referentes amorosos dentro del hogar. Y tu vida se llena de voces queridas, sí; rostros en pantalla. Eso lo sabemos, lo vivimos casi todos. Pero. 

“¿Y entonces?”

-Creo que no lo buscas a él sino a un trozo de pasado destruido; no una ruina sino un desplome. Piénsalo. 

Empezó a refrescar, se levantaron, recogieron, cada una dentro de sí y el rumor de los naranjos se fue perdiendo en la sala. 
La puerta, un beso y un hasta el martes, “no te olvides de llevar el libro a Sara.”

Se fue preguntando si eso le pasaba solo a ella, si ya había perdido la razón o el razonamiento. Si era una obsesiva y destruiría a sus hijos que siempre habían sido libres. Si no soportaba la soledad. 

Vibró el móvil. Era Patti, 

Mamá, puedo ir a casa. Estoy saltando como loca, estoy ansiosa y solo quiero estar contigo. Llego mañana. Te adoro. 

Se quedó inmóvil, hasta que pudo escribir,

Te esperooooo estoy tannnn feliz. Te adoro. 

Y llorando empezó a dar saltos hasta el coche. 

"No me explico que un ser dotado de voluntad se deje dominar por la desesperación".
Julio Verne

(En un mundo en que todo ha cambiado de forma tan brusca, la psicología también tendrá que variar los esquemas. Volver a investigar y crear parámetros diferentes.)

Comentarios

  1. Creo que a estas alturas todos estamos bastante tocados de la cabeza.
    Yo hoy he llorado como si no hubiera mañana por la muerte de una exalumna que lo veía, no sé, hace más de 40 años, pero era dulce, simpática, abierta, y he sentido un dolor terrible. Por qué? Si no sabia de ella ni teníamos trato.
    La cabeza que ya no puede más.
    Besisimos.

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    1. Es así Moony, evidentemente es una noticia dura pero aumenta más en estas circunstancias que la sensibilidad es extrema. La mayoría quiere escapar alejándose del dolor o sufrimiento escondiendo la cabeza. Y tú te enfrentaste sí??
      Venga una pequeña sonrisa para seguir afrontando la vida que nos ha tocado. 🙂
      Besisimos

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  2. El pasado mientras se recuerda sigue pesando, y en estos tiempos nos abruma el pasado, nos supera el presente y nos angustia el futuro. Un abrazo

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    1. Totalmente de acuerdo Ester. Pero pasará, supongo. No sé todo es muy confuso.
      Abrazos

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  3. El dolor de la soledad Entiendo al personaje de tu escrito. Conozco muchas situaciones parecidas. . Nunca he vivido solo. No sé cómo lo llevaría.
    La semana pasada tuve que ir a casa de un amigo que me llamó para que le acompañase al hospital por un accidente doméstico. Está divorciado y vive solo. Se me cayó el alma a los pies, primero por el golpe tremendo que se había dado y después por el caos en el que vivía. La soledad.

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    1. Ves, aunque no lo hayamos vivido, siempre hay una situación similar, cambian los detalles pero hay mucha gente que vive sola sea por la circunstancia que sea.
      El divorcio es un golpe duro y en el caso de tu amigo aumentado por el aislamiento social actual.
      Me lo imagino, menos mal que te tiene a ti.
      La soledad, sí.

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