Marisa y Juanito

 Marisa y Juanito salieron como cada día a pintar. Arrastrando una escalera grande como una torre, decidieron poner rumbo al sudeste.


Juanito con un sombrero de paja todo de azul y Marisa con una guirnalda de flores. Pink Floyd y sus patas largas iba con un collar de estrellas rojas echando pecho y husmeando la calle . 

La banda de los Pasadena Blood, con restos Stranger Naranja y los ojos hinchados, cansados de Drill y noche perdida, los olfatearon socarrones y sin fuerza.
Marisa y Juanito aceleraron el paso para evitar el olor rancio a sudor macerado. 

Cuando llegaron a la esquina más lejana montaron la escalera. Marisa dibujó un cubo lleno de pintura amarilla y se lo dio a Juanito que fue trepando alto y sin el sombrero. Sacó un pincel del pequeño libro que llevaba en el bolsillo y empezó la tarea sublime de cada día. Pintar el Sol.


Recogieron y regresaron despacio bajo los primeros rayos. Al llegar a la residencia saludaron a don Ernesto sentado junto a la puerta con el viejo cassette y dejaron la escalera en la enciclopedia. El olor a comida era tentador. Doris se paró delante con las dosis del desayuno y se alejó con la frase de siempre, "no se retrasen y Pink Floyd a su casa" . 

Acompañaron a Pink Floyd hasta la casa vecina y regresaron felices con la misión cumplida de cada día, pintar el amanecer. 


Un amanecer sin máscaras y libres por la vida. 

Comentarios

  1. Que maravilla, seguro que a tu pareja de tus palabras y sus pinceles les encantaria ser reales y cumplir ese sueño. Un abrazo y una sonrisa

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  2. Dejo mi aplauso y mi agradecimiento. Me has devuelto la fe. Realmente bueno. Enhorabuena.

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    1. Qué bueno, es muy importante seguir teniéndola. A que sí, merece la pena.

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  3. Ojalá Marisa y Juanito, y Pink Floid, existieran de verdad. La lástima es la residencia.
    Besisimos.

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    1. Claro que existen y hasta las residencias tendrán que cambiar 🙂
      Besisimos

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  4. Qué bonito. Nosotros mismos podemos dibujar nuestra felicidad cada día, también la felicidad de los demás. Sólo hay que tener ganas y querer ver cada día un nuevo amanecer que nos sonríe.
    Bonita historia.
    Abrazos

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    1. Qué bonitas tus palabras Isa. Eso creo también.
      Abrazos

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  5. Me has dejado pasmadita, encantada por tan maravillosa entrada, enhorabuena, Luz.

    Un abrazo.

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    1. Jajaja Mari Carmen, no sé qué decirte. 😀

      Un abrazo

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