Misterio en Pueblo Chico (2)

 En una de las excursiones libres que hacíamos para alejarnos un poco del desierto con dunas interminables y el mar, llegamos a un pueblo con algo de verde, caseríos en ruinas que sacaban lo más profundo del arqueólogo en nosotros.


Resultaba frustrante, ya que poco quedaba por descubrir, alguna mesa de luz con dos fotos viejas, un boliche, una silla rota o un pequeño fogón de piedra. 

Paramos en un "comedero", con el menú de la zona y un "camarero" con ganas de hablar, nos habló de la pobreza, de la juventud que iba buscando escapar por el mar, desapareciendo en otras orillas. 

Nos señaló en lo alto entre árboles, la mansión del feudal que desde "aquella" noche nadie más fue capaz de acercarse. 
"En las noches de tormenta", nos murmuraba sigiloso, "se escucha el llanto de un niño y en el pueblo se decía que había muerto de frío cuando desaparecieron sus padres."

Esas historias nos resultaban reiterativas en pueblos apartados. Pero la intriga nos llevó por un camino difícil hasta la arboleda. Increíble después de kilómetros y kilómetros de arena. 

Entre una maraña de jardines casi secos, logramos encontrar una especie de entrada. 
De pronto y después de tantas historias que nos contaban de secretos y misterios, un ruido nos alteró. Nos reímos, pero seguimos atentos. Otra vez, era evidente que se trataba de algún animal, un gato, una rata de campo, un pájaro.

Seguimos con cautela y nos fuimos acercando a lo que sería el salón principal con una escalera semidestruída. Imposible seguir o intentar subir, solo había piedras y hierbas secas. 

Salimos y algo decepcionados fuimos despacio hasta el coche. Otra vez un sonido. 
Entre unos árboles con ruinas caídas y desordenadas algo se movía y nos dirigió el afán de aventura hacia esa dirección. Sentada en una piedra descubrimos a una anciana, un pequeño bulto con aspecto salvaje que mantenía pegada al cuerpo el trozo de una tela rústica. 

Intentamos dialogar pero permanecía inmóvil. 


Corrimos al coche y bajamos al pueblo lo más rápido posible. Nos indicaron una especie de cuartelillo, salió un hombretón con uniforme y le contamos lo sucedido. 
Partió de inmediato. Pedimos refrescos en la tienda y nos sentamos en una pequeña plaza desierta. 

Tiempo después, reapareció el vehículo, se detuvo, bajó el guardia y recogió en brazos a la pequeña anciana. 

La llevó a una casa vieja, al salir nos llamó, nos agradeció y ante nuestra actitud interrogante, nos contó que cada tanto desaparecía y no se sabía como llegaba a "Los lirios de Julia", el nombre de la antigua mansión. Siempre había alguien que iba a buscarla. 

-¿Y quién es? - pregunté, -¿familia de ese lugar?

-No se sabe nada de ella, dicen que llegó una noche de tormenta. 

Un día, dos mujeres se hospedaron en el pueblo y una subió.

Estuvieron preguntando y una familia que se fue tiempo después le habló de la anciana, iba contando por ahí el cabrero. Pero creo que nunca pudieron hacerla hablar.

-¿Y esa especie de tela que abraza?

-Es un trozo de lienzo con el que bajó en una de sus escaladas cuando la casona se derrumbó por completo.


No pudimos averiguar nada más. Como sucede en tantos pueblos apartados y casi abandonados llenos de historias perdidas de apariciones, sombras y lamentos recorriendo las ruinas en la oscuridad. 

Un día recordando ese episodio, me imaginé con los datos sueltos recopilados entre los pocos habitantes a esa niña y el resto. 


Comentarios

  1. Ahora nuestra imaginación está trabajando, visualizando respuestas y aspectos, nos haces pensar y soñar. Gracias y abrazos

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    1. Sí es así, me encanta. Es tan importante...
      Un abrazo Ester

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  2. Huy huy huy que la cosa se complica. Qué ganas de saber el final
    Besisimos

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  3. Muy bueno Luz, es cierto cuando recorres los pueblos y no solo de tu país, por más abandonados que estén, las historias de aparecidos, los espíritus deambulando los siguen habitando.
    Y es lógico que dé para imaginar juntando piezas.
    Magnífico, esta segunda parte iba contigo buscando y rebuscando entre las ruinas.
    Las charlas con cualquier camarero, que suele ser dueño y que se complace en enaltecer lo poco que queda de su pueblo con historias y darle realce, suele ser el primer contacto que guía a determinados lugares. :)
    Pocas veces, por no decir ninguna, hallamos el episodio verdadero y lo más complicado es el final.

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    1. Es eso ¿Tú también lo haces?
      Hay tantos detalles. No es por cotillear, sino algo diferente, buscar vidas y vivencias en todo lo que dejaron allí familias enteras. Ruinas. El tiempo, el desgaste. Y de pronto unos sonidos, unos fantasmas las continúan. El final puede que sea complicado o no.

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  4. Buenísimos. No puse nada en el anterior porque no sabía qué rumbo tomaría e iba de dos partes mínimo.
    Cuántas veces he recorrido pueblos y no falla, todos tienen sus fantasmas nocturnos que en realidad no se trata de leyendas. Como dices tú, espíritus cuya vida quedó inconclusa y cuyos episodios van de boca en boca.
    Un Kuss

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    1. Seguimos en la misma onda. Es increíble cada pueblo apartado tiene su o sus fantasmas que quizás resguardan su historia.
      Algo tiene ser...

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  5. Hace unos años tenia que ir a un encuentro en Perú. Lo hacían en un hotel de lujo a unos 40 km de Lima dentro de una urbanización.
    Pero no lejos de allí, conocí a una familia que vivía en un pueblo pequeño. Había una plaza y alrededor tiendas, almacén, panadería, una pequeña iglesia, una discoteca y de allí salían varias calles semi asfaltadas.
    Esta gente vivía en la última casa al final de una cuesta muy empinada.
    Cuando terminó el encuentro me invitaron unos días con ellos y así llevarme a conocer el lugar que era una belleza.
    Pero el tema principal en las comidas o sobremesa, eran los golpes y voces que se oían por la noche. El fantasma que ellos identificaban como un bisabuelo que le daba por correr muebles y había noches que estaba muy enfadado.
    Lo que más hice fue investigar los recovecos de esa casa bastante grande buscando alguna pista. Nada.
    Pero de noche, tan apartado de lo conocido, todo hablaba, una brisa, una rama que se balanceaba, una lechuza, una piedra que rodaba por la acción de pequeños roedores y daba la sensación de que en la oscuridad se amplificada cualquier sonido y su reverberación.
    Fueron cuatro días viviendo dos mundos, de día y de noche.

    Me encanta lo que has hecho, todo lo que vas dejando aquí.
    Siempre tiene una razón de ser, un porqué.

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    1. Alauda, es fantástico. Supongo que hay mucha gente que se identifica con lo que cuentas.
      Gracias...

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  6. De momento te esta quedado muy Conan Doyle, sus historias casi siempre empezaban con extranjeros curiosos que metía el hocico en viejas historias locales.

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    1. Síiii, tengo muchísimas recopiladas y no como turista fuera el país que fuera. Esta como te dije en el anterior, fue por trabajo.

      No hay nada comparable para mí que aprender de lo que recorro, oigo, observo. La foto es de una de esas ruinas. Es que llegar ahí y no buscar "algo", uf no podría...


      Que curioso que menciones a Conan Doyle, tú sabías sí, que después de los 50 años se hizo espiritista. Lo que no sé si su defensa sobre las hadas de Cottingley, está relacionada con su publicación "History of spiritualism" al menos ya estaba involucrado en esos temas.
      No sé lo relacionaste con Holmes o con los fantasmas... :)

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  7. Dejé en el anterior, lo que ha representado para mí. Y espero que sigas con esta tendencia de "tirar" un texto sobre la página y que se vaya formando con la lectura personal. Y sí, sé que el arrojar así textos, es necesario talento. :)))

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