Noche de lujuria súbita

Sabía que él llevaba tiempo ausente desde aquella noche que llegué tarde.

Había bebido y nada más cerrar la puerta se acercó como nunca con la mirada gris, inflexible y encendida.


Me empujó hasta la mesa,  levantó el vestido y con la cara contra la madera, sentía  como arrancaba la blusa e iba amasando con fiereza los pechos retorciéndose en el cuello y penetrando sin tregua, conspirando con palabras vulgares y toscas.

No sé, creía que sentía dolor, hasta que el calor derretía las entrañas con gemidos intensos que desconocía.

Sabía que Inés pasaba esa noche en la casa de una amiga. Estábamos solos como desconocidos viviendo un porno.


Con un grito final se separó, me soltó y caí. Sentí cerrarse la puerta y cerré los ojos para adaptarme a una nueva realidad.

Nueve años de rutina paulatina, de trabajo, de padres comprometidos, cansada y sin deseo, cumplía con sus necesidades, un polvo, jadeos hasta que parecía satisfecho y lo invadía el sueño. 

Después supe de ella, una compañera de trabajo y sentí alivio. Otra fuente de desahogo sin verme comprometida. 
Y callé, me sentí bastante sucia y sin sensibilidad en una relación cada vez más rota y falsa. Lo importante era la seguridad del hogar, Inés. No quería saber nada del tema. 

Mis amigos gimoteaban rencorosos la infidelidad de sus parejas o separaciones dolorosas y pensaba será amor, yo ya no sé. 

Tampoco necesitaba una película hasta que llegó Manuel. Un joven amoroso, detallista, distinto y sin darme cuenta me iba colando en su aroma, su boca cuando hablaba. No quería pensar, solo pasaban los días y era feliz, me sentía jovial y renovada. Nada más, creía... O no. 

Me empecé a vestir más atrevida, cuidaba el maquillaje, la sonrisa. 

Hasta el primer día, el primer beso con la boca derretida en la suya empujando con avidez y glotonería. 

Y así empezó mi infedelidad, gozando con el cuerpo joven, llena de apetito y gula. 

Él lo supo y no podía admitir lo recíproco hasta esa noche. 
No sé el porqué de esa conducta, no me atrevo hablarlo con nadie. No fue violación, estoy segura que no. Pero qué. 

Ahora seguimos siendo una familia normal, ninguno planteó el divorcio y los dos necesitamos la estabilidad de Inés. 

-Pero sabes que no es así, - agregó el psicólogo.- están escondiendo algo, desde una escenificación "porno" hasta la aparente indiferencia colocando entremedio un pretexto: Inés. 

-¿Qué quieres decir? ¿que no queremos terminar? 

-Ahí tendrías que profundizar. 

-Te confieso, no hay nada ni nadie que se pueda anteponer a la realización de mi hija, su tranquilidad y estabilidad, su camino al futuro libre de cualquier trauma que pueda ocasionarle yo si puedo evitarlo, por mínimo que sea. Y de momento es posible 
Lo hablamos y él piensa igual. Ya habrá tiempo cuando madure y tenga su propia vida. 

La sociedad nos separa gran parte del día: el trabajo, el cole, las obligaciones, la salud, la inestabilidad, deseos y metas personales pero tiene un "nido" que intenta ser seguro y es el apoyo de sus años frágiles. 

-No sé...

Comentarios

  1. Esos nidos "seguros" son la mayor trampa que se crean en la cabeza muchas mujeres maltratadas.
    El silencio es la propia cárcel.
    NO a la violencia machista.
    NO al silencio.
    Mientras sigamos así nada cambiará.
    Besisimos

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    1. Hay tantas clases de nidos trampa. Por supuesto el maltrato familiar, sobre todo mujeres e hijos y algunos hombres adultos y de todas las edades.
      Conocí un hogar que en esa época me daba malas sensaciones pero a medida que iba haciéndome mayor entendía más.
      Un compañero del cole, casi nunca invitaba. Un día, teníamos que ir a su casa un grupo del equipo. Nos hizo esperar fuera.
      Al rato salió para que entráramos.
      Un día me contó que su madre estaba casi siempre desnuda y a él lo ponía fatal esto. Le daba repulsión.
      Y más tarde supe por una prima suya que su madre era sinuosa con sus novias, parecía encantada con ellas hasta que al poco tiempo se iban.
      Él consiguió un trabajo lejos y ya tuvo su pareja e hijos...

      Este relato es light ya que fue el impulso de una noche como último recurso en una pareja que ya no tenía mucho que dar de sí, con un lazo muy potente para ambos, la hija. Supongo que ella representaba el hogar para los dos que no querían romper.
      No sé, las relaciónes son muy complicadas.
      Besísimos

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  2. Muy muy muy complicadas, sobretodo cuando hay hijos por medio.
    Besisimos

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  3. Seguro que existen historias parecidas y me alegro de ser solo lectora, mi caràcter no me permitiría estar en una de ellas. Abrazos

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    1. Es una suerte y tú afortunada porque la vida es muy difícil.
      Abrazos Ester

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  4. Te leo en silencio me voy dejando huellas
    un placer leerte

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  5. un relato real y tremendo
    De ambas partes, hombres y mujeres mantienen este tipo de relaciones toda la vida.
    Es complejo opinar desde afuera, pero siento que obviamente el tema de los hijos es una excusa consciente o inconsciente para no asumir que realmente hay un problema.Un abrazo y muy buen domingo Luz!

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    1. Hay tantas relaciones complejas Eli de las que no se sabe en el exterior...
      Un abrazo y una feliz semana.

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