Fotógrafo: Ciro Pipoli
"Napoli per me sei la gioia, la pazzia, la poesia." *
Cantaba Pino.
Nada más llegar a Chiaia ese domingo de madrugada y entrar al piso de Giovanni, mi único deseo era dormir. La jaqueca había empezado temprano.
Tenía la necesidad imperiosa de volver a Napoli y desde el balcón contemplar el mar con Capri y Posillipo al fondo, magestuosas, algo que no había cambiado.
Después de dos horas de oscuridad, llegó la calma. Y todo lo ocupaba la imagen de Giovanni, su fuego y sus manos enormes. La voz potente cambiando de registro entre un huracán de fuerza y pasión.
Lo necesitaba, era el refugio al cansancio rutinario de la prisa y del ya y ahora. De ciudad asfixiante.
Desde que Pati y Goio se independizaron, todo se precipitó y la oficina ya no era el antro de los días, la fuga del piso ruidoso.
Y llegó. Y con él una piel nueva empezó a despertarse y a sentir la crispación de los poros.
En el delirio de las horas sin tiempo, me hizo egoísta, fetichista del placer.
Cuando la noche se hacía habitación y el orgasmo en un grito universal.
Giovanni...
No me extraña que sea esas tres cosas para la protagonista....
ResponderEliminarVaya texto hermoso.
Besisimos
El amor tiene eso, siempre igual y distinto. Sentirlo es una experiencia única en cada uno... Bueno, qué voy a decir, tú lo expresas perfectamente.
EliminarBesísimos Moony y un super lunes 😀
Que bonita entrada, cuánta pasión, y además, debe ser precioso Nápoles.
ResponderEliminarUn placer leerte, Luz.
Besos enormes.
Una vez comentaste que ibas a aprovechar este verano para salir y conocer. No sé si todavía se puede circular libremente.
EliminarPues mira, Nápoles no te decepcionará. Es increíble y con el Adriático cálido. Lugares maravillosos en las montañas en las costas o la parte más popular o pobre tan "italiana", la comida... Uf.
Me encanta verte por aquí.
Besos enormes María.
Oh Nápoles, esa historia tenía que ser allí....
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