La escalera vieja de Mariano.
O en las rocas calizas
Julio y agosto burbujeando al sol y el mar lamiendo los cimientos de la terraza con las mesas y bancos de madera mientras el aire de sal se va mezclando con sonidos venidos de otras tierras junto a bocatas de atún o jamón y queso y huevos duros, presumiendo de vino y sin café.
La escalerilla al mar con miles de pinturas encima hacia la legua ancha y profunda adentrándose entre el pequeño pueblo de unas pocas casas antiguas donde las barcas se mecen sin playa.
Me ha gustado tu verano, me ha recordado a algo que he perdido, o que quizás nunca tuve, pero que estaba ahí mismo.
ResponderEliminarBueno, si lo has perdido porque se quedó en un pasado, me parece que eso suele suceder muy a menudo o quizás soñaste con un ideal y no se cumplió... Claro, pasa pero mientras se pueda seguir soñando, siempre alguna semilla germinará.
EliminarYo voy aprovechando todo lo que puedo, lo que está a mi alcance y disfrutando de ello.
Lo malo también llega y son momentos que tienes que usar la fortaleza, no queda otra.
Qué envidia de verano, aquí hacia frío hoy y el mar queda tan lejos...
ResponderEliminarPrecioso, luz.
Besisimos
Ya verás cuando lleguen los días que te gustan y creo que allí, la lluvia, el frío crean también unos paisajes, unos arrollos, unos ríos maravillosos y el mar tampoco está tan lejos.
EliminarY en cuanto se pueda viajar... Por ahí están los Mariano, con sus terrazas de madera al mar 😀
Besísimos.
Beautiful blog
ResponderEliminarThank you
EliminarPlease read my post
ResponderEliminarCada uno tiene su verano y sus mitos, me gustó tu verano. Besos.
ResponderEliminarY hay más y más paisajes, emociones... y lo imprevisto.
EliminarBesos