Silvia, Mónica y Dari

 En el piso de Mónica, al atardecer con una luz pastel de octubre.

Mónica: ¡Estoy harta de los que se hacen los originales y rebeldes atacando la mediocridad de los demás! 

Silvia: Bueno, y ahora qué te pasa. 

Mónica: No se trata de un arrebato a lo loco Silvia. Una buena parte de la humanidad se las da de privilegiados, intelectuales, singulares, únicos e interesantes, el resto son falsos, primitivos, contaminados y dignos de ser ignorados, burlados. 

Silvia: ¿Y por qué has llegado a esa conclusión? 

Mónica: Silvia, no te hagas la tonta, no me vas a decir que no los reconoces. 

Silvia: Es que no tengo claro a quiénes te refieres. 

Dari: Yo me temo que sí. Pero hace tiempo de eso, ¿por qué reaccionas ahora? 

Mónica: primero, porque cada vez son más y si son tan superiores, me quieres decir porqué están dale que te dale con lo mismo. Para estar apartados y ser invisibles, lo disimulan muy bien 

Silvia: Claro, se ha agravado por Internet, donde su acidez y ataque, digamos, es constante. 

¿Pero te sucede en la vida diaria? 

Mónica: Hay una (Aunque no va de género) que un día leí y me atragantó de tanta originalidad criticando a los vulgares. 

Otro que no hace sino lamentarse, años, eh, de estar en un mundo que no es suyo y la culpa es de todos los demás. 

En ambos casos hay una premisa, ser invisibles. 

Cómo van a lograr eso si no hacen sino quejarse en medios donde los leen miles o millones de personas, según ellos falsos, primitivos, intoxicantes. 

¿Acaso tiene sentido? 

Silvia: Vale, pero te vuelvo a repetir, ¿te sucede eso en la vida diaria? 

Y tu vida chica, donde te la pasas viajando y sacando fotos. 

Mónica: Ayer quedamos con la directora de "Prima" por un paquete de fotos de Luang Prabang. 

Muy estirada y lejana, hizo una crítica ácida de los turistas estúpidos y si tenía algo sobre ellos. 

Es inevitable no sacarles. Me dio tanto asco su actitud mesiánica que le dije que no, aunque era una buena pasta. 

Dari: Mónica, eres una artista extraordinaria, espontánea y abierta que observa la vida y plasma la belleza, el horror, la miseria y las risas. 

¿No te parece que pierdes el tiempo rechazando esos seres humanos que no quieren serlo? 

Mónica: No tesoro, me interesan como todos y por eso reacciono. Porque lamentarse constantemente de hambre y sed delante de un plato lleno de comida y beber lo que sea hasta pasarse... No sé si me explico y ser vitoreados por calienta sillones. 

Silvia: Jajaja Mónica, olvida todo eso, es su vida no la tuya y la única que los lee detenidamente o los escucha eres tú. A los que lo siguen les basta un segundo para decir ¡Genial! 

Y por cierto, de qué va esa revista. 

Comentarios

  1. ¡Genial! jejeje, buen dialogo. Abrazos

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  2. Yo estoy un poco con Mónica la verdad. Últimamente me molesta mucha gente.

    Pero bueno, c'est la vie.

    Besisimos

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    1. Mónica es muy apasionada y sensible y es lógico que le llegue cualquier actitud, las que le gustan y disgustan 😀

      Besísimos Moony

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  3. Hay que distinguir entre especiales y raros. Especiales somos todos.
    Los que reconocen que son raros, son los que en realidad somos especisles😜
    Besosss

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    1. A ver que dice Mónica de todo esto.
      Por mi parte comparto que todos somos especiales, o sea de la misma especie. 😜
      Besos Gabiliante.

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  4. Muy buen dialogo, a la orden del día. Cierto que los raros son los que cambiaran el mundo. Un abrazo.

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    1. Estas tres siempre están dialogando, desde el cole... 😀
      Un abrazo

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  5. Hay mucha gente especial y otra mucha rara,pero¿Qué sería ser raro?.Tal vez raro es lo que los demás no entienden. De todas formas es un diálogo buenísimo y totalmente actual, y más que bueno genial.
    A veces las críticas también se pueden volver contra uno mismo, pero lo cierto es que cada vez parece que la gente se aguanta menos.
    Me ha gustado mucho.
    Un fuerte abrazo

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    1. Pienso que es muy difícil que cualquier ser humano sea imparcial, siempre va tomar partido por una cosa o por otra y luchará por lo que está convencido o le convenga.
      Por eso todos somos bichos raros, por más que parezca que estamos alienados.

      Un fuerte abrazo

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