Él nunca lo sabrá, pero cuando el viento brama escucho su voz.
"Me sonríe o me habla sin la menor reserva, dándose en cada gesto y cada cosa como se da en el amor, allí donde todo su cuerpo es como sus ojos, una entrega absoluta, una reciprocidad ininterrumpida."
"Usted y yo somos...somos este encuentro."
Y el viento, don Julio, el viento.
Son hermosas en verdad tus palabras para un hombre sin tiempo, sin edad, que en las fotografías que encontramos de él podemos ver una mirada a veces hasta inocente. Tengo ganas de soñar, de imaginar que él tiene manera de recibir esto y leer lo que le has puesto y hasta veo su sonrisa.
ResponderEliminarTantos años ya de su ausencia! Que se traduce en su permanencia total.
Te mando un gran abrazo, feliz por esto de hoy. 🤗🤗🤗
Uf, haber podido conocerlo a través de sus obras, ha sido un regalo. El creador de un estilo, el suyo que tantos intentaron imitar.
EliminarNo sé si permanecerá, hay jóvenes y adolescentes que no lo conocen y están haciendo la secundaria...
Yo también te mando un abrazo grande y comparto tu felicidad 🤗🤗🤗
Me gustan mucho los cuentos de este hombre, pero a Rayuela no conseguí pillarle el punto.
ResponderEliminarBesitos.
Pues no sé Noelia, tal vez si la relees... Es una novela tan rica y quizás despiste o cueste interpretarla debido a su estructura con secuencias sueltas, lo que lleva a distintas interpretaciones y a la esencia del juego de la rayuela: ir hacia el final y regresar capitulo a capítulo hasta el principio , una experiencia increíble.
EliminarBesitos y si has leído sus cuentos, seguro que si vuelves a ella vas a encontrar cosas increíbles. :)
Un compañero de viaje, un tema de conversación con un café, tambien sobre Vera y Mauricio. Abrazos enormes
ResponderEliminarUf son tantas y tantas sus lecturas...
EliminarAbrazos enormes Ester.
El me enseñó a entender el por qué de la rayuela, aunque en el libro de Manuel me descubrió el verdadero sentido de escribir, o de leer, no lo sé.
ResponderEliminarBendita tú que puedes escucharle.
Besisimos.
Es que Moony enseña tantas cosas, tanto, que cuando alguien no lo conoce me da tristeza por lo que se ha perdido.
EliminarBesísimos
«Sé que cerré los ojos, que lamí la sal de tu piel, que descendí volcándote hasta sentir tus riñones como el estrechamiento de la jarra donde se apoyan las manos con el ritmo de la ofrenda; en algún momento llegué a perderme en el pasaje hurtado y prieto que se negaba al goce de mis labios mientras desde tan allá, desde tu país de arriba y lejos, murmuraba tu pena una última defensa abandonada (…) No eras sabor ni olor, tu más escondido país se daba como imagen y contacto, y sólo unos dedos casualmente manchados de tabaco me devuelven el instante en que me enderecé sobre tí para lentamente reclamar las llaves de tu pasaje, forzar el dulce trecho donde tu pena tejía las últimas defensas ahora que con la boca hundida en la almohada sollozabas una súplica de oscura aquiescencia, de derramado pelo. Más tarde comprendiste y no hubo pena, me cediste la ciudad de tu más profunda piel (…) Cierro los ojos y aspiro en el pasado ese perfume de tu carne más secreta, quisiera no abrirlos a este ahora donde leo y fumo y todavía creo estar viviendo».
ResponderEliminarNadie más que Cortazar.
Nunca pudimos decir nada claro, las enfermeras nos llamaban, "los torcidos". pero todas acudían a las citas nocturnas del sanatorio, cada uno una pastilla y algo más.
Julio, despierta los tacos vienen a nosotros... tac tac tac, luego unos dedos suaves dejaban caer una pastilla, dedos con gusto a jengibre, algo salados, algo salados, aunque hay quienes aseguran que puede ser más dulce o agrio dependiendo de la persona, para mi es como la clara de un huevo destilando entre sus dedos. Ellas lo sabían y lo deseaban, como locos lo dejábamos hacer... Esos días , sólo nos hacían comer fruta.
La piña, era el caldo que tendrían por resultado.
Me alargue.
"Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad, elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
EliminarMe miras, de cerca me miras, cada vez más cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde el aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces, mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llenas de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua".
Julio Cortázar
Del Capitulo 7, de "Rayuela"
Una habitación blanca, a ratos helada, fría de luz, me mantiene atrapado. Una ventana de barrotes, barrotes de luz blanco. Una cama de bronces blancos, bronces de luz blanca. Una mujer de blanco, una pastilla blanca, un uniforme blanco, todo vestido de luz. Un cuerpo desnudo, el mio, una camisa blanca, blanca de luz. Ella abre sus botones blancos, se desnuda para mi. Sus dedos de pintura blanca, de uñas blancas, blancas desnudas de luz. Sus senos blancos sostenidos por tirantes blancos, de encajes blancos que envuelven senos blancos, de pezones blancos , pezones de luz. Una luz blanca que enceguece mis ojos blancos, blancos por la luz.
EliminarGustab, respirando confundido la boca blanca, que lucha tibiamente mordiendo los labios blancos,apoyando apenas la lengua blanca en los dientes blancos, blancos de Luz, de Luz blanca, blanca de Luz.
Entonces se entrega el cuerpo blanco, blanco de Luz, de deseo blanco, con sus senos blancos y sus nalgas blancas. Mis manos descienden por el cuerpo blanco erizando la piel blanca, buscando el éxtasis blanco , blanco de Luz.
Gustab. "Deseo Blanco."
Tengo miedo. Es el primer día.
EliminarDebo entrar y estar a solas con el paciente 8. Ya sé, tengo experiencia pero cada vez que comienzo, lo mismo, el cosquilleo, la sensación de indefension que debilita por instantes la necesidad de dominio.
He revisado otra vez el uniforme, la primera impresión es importante.
Atravieso la puerta y el resplandor de la ventana ciega la visión por un instante.
Leo Gustav, perfecto es el 8. Está en un sopor con camisa blanca entre los blancos de la cama. Mejor así. Lo observo. Me gusta. No debería.
Duerme pero intuyo la tensión a través del tórax rígido y compacto. Lo palpo y otra vez las cosquillas. La camisa resbala despacio y la piel está húmeda. Debo parar.
No es bello con el halo de luz entre los barrotes, pero desprende una virilidad pálida regalada a los instintos. Bajo despacio y con gula el pantalón. Susurra no sé qué; la voz gruesa y con melodia de costa sirve de alisiente a la mano afiebrada e implacable. Gustav respira entre confundido y todavía en el éxtasis del sueño. Despierta despacio. Ambicioso. Desprende el uniforme y me dejo. Apenas con voz digo, la pastilla, Gustav, la pastilla... Abre a boca y la dejo caer entre los labios ardientes. Los senos blancos ya son presa de las manos blancas. Todo es luz y asfixia iridiscente. Me siento perdida y no quiero pensar sino ser devorada por esa figura blanca, pegajosa entre la luz y los barrotes abierta ya ante la dureza ardiente a punto del abandono total.
El timbre... Me mira, debo irme si no quiero que... Lo miro, tratando de ubicar el uniforme.
Él va cerrando los ojos mientras la puerta se abre al pasillo en penumbra.
La enfermera.
Gime en blanco, suspirando respiros blancos, mientras el sudor blanco baja por sus caderas húmedas blancas, torciendo su espalda blanca, blanca de luz. Sus dedos blancos sostienen la mirada blanca de mis ojos blancos, blancos de luz.
EliminarLagrimas blancas que corren por mis ojos blancos, blancos, blancos ríos que corren como ríos por arrecifes de blancos corales blancos.
Corcovea como un caballo blanco, que gime blancos deseos blancos. Su mente blanca, su blanca respiración blanca, su muerte blanca, su cuerpo blanco. Jadea y gime con su boca blanca de blancos labios blancos, y un beso blanco que muerden con sus dientes blancos.
Junta sus piernas blancas, apretando mi pensamiento blanco y mi sexo blanco. Mis ganas blancas unidas a sus ganas blancas. Su deseo blanco sobre las sombras blancas, blancas de luz corre sobre las sábanas blancas, llenas de éxtasis blancos chorreando fluidos blancos , blancos de luz .
Ella gime mientras rebosan perlas blancas entre sus senos blancos, blancos de luz, corcovea entre flujos blancos, blancos de luz blanca entre sus piernas blancas.
Entre cenizas blancas, mueren dos cuerpos blancos... las manos blancas sueltan pastillas blancas entre mis labios blancos y mi lengua blanca donde ella tranquiliza su sexo blanco entre orgasmos de luz blanca.
Gustab.
La del turno de noche me llama y apurada me entrega un sobre cerrado.
EliminarLo abro y... ahora sola en la guardia espero sus brazos que se han extendido por el pabellón como una serpiente. Vehemente se va enroscando y roza con las escamas toda la superficie que hierve mientras deposita su veneno tórrido en el silencio de la locura.
El Señor de Las Aguas espera su visita, el cambio de turno es a las 22hrs, mira acorralado por el catre de bronce, pierde su ojos atrapado entre los barrotes... Danzan las arañas en los rincones esperando el ritual, mesen sus telas acariciando el rostro sumiso de quién conoce todos los secretos.
EliminarPuede ver los peces dibujados en las aguas, y prepara el anzuelo con que será cazado, fundido en la esperanza de ese nuevo encuentro.
Sus ropas permanecen humedecidas obligándolo a vestir desnudo. Aún siente esos dedos que bajaron por el vientre bajo la camisa que resbala por la acción de sus dedos, dedos que se perdieron bajo el pantalón, en la tupés de los vellos encrespados que escondían su secreto. Da vueltas por su habitación y cabeza, la deja caer sobre los barrotes azotando sus sentir.
A sus ojos, ella desnuda y culpable, vestida sólo del delantal, rodará las manillas atadas por un cerrojo, dejará caer llaves en el piso, y temblara ante su figura sometida. Cual vasallo esperará sus ordenes, desabotonará sus vestidos, hasta desgarrarlo en su impaciencia. Ella espera su entrega, para someterlo a sus desvaríos.
Tiembla al sentir los tacos en el pasillo. Los rayos de luna tocan su cuerpo creando un halo mágico en su piel desnuda, erecta e impaciente.
Gustab, el señor de las aguas.
Las 10 y cuarto de la noche. Ninguna incidencia. Se sentía cansada y melancólica. Últimamente la melancolía la sumía en un estado de desasosiego obligándola a desprenderse de deseos e intereses.
EliminarSalió al vestíbulo, olía a legumbres cocidas y a esteras viejas. Al fondo la puerta que daba a él... a la figura inconfundible del que no quiere irse. Un rostro rugoso de edad indefinida. Facciones endurecidas ¿de sal, de tiempo? ¿De qué? Consumido por el deseo constante retorciéndose entre sueños y realidades.
Doblegarse y dominar. Aguardar y abordar.
Se sentía débil, nada sabía de él. Días y noches con la puerta cerrada y atrapada en sus brazos consciente de la desnudez, de no poder salir de ahí, una habitación tomada por los sentidos y el abandono a la lujuria. Cuanto más procacidad mayor la necesidad de entrega. Una búsqueda insaciable y sin destino. Necesidad de traspasar la coraza de piel e invadir el interior, nadar por su sangre, atada por los nervios y volar en el eco de la voz.
Hasta que una pastilla iba doblegando el ímpetu lentamente sobre las sábanas retorcidas y Húmedas. Tendría que dar la orden de cambiarlas.
Las 11 y veinte, salía al pabellón que seguía oliendo a legumbres cocidas y esteras viejas.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Eliminarno debíamos decir nada, las luz de la luna lo calcinaba todo. Embrutecido por el deseo,y perdido entre las pastillas, dejó actuar al instinto, entonces alcanzó la noche. Corrían las perlas blancas por el cuerpo de la enfermera, las pastillas lo hacían envolverse en sus alas.
EliminarPor un momento se sintió libre, entendido, y deseado, quizás hasta amado, pero como el tiempo, podría ser una ilusión.
Su cuerpo permanecía mojado desde su última visita y mañana tendría nuevas sábanas...
Permanecía dormido y apagado, eran las 11:15
Sentí caer el cerrojo, bloqueo de sus pensamientos, ella había creado un monstruo de luz, de luz blanca y siempre la esperaría-
Una gran manera de empezar el año :) Sobre lo que dicen de Rayuela ahí arriba, lo he dicho más veces, pero creo que los libros, sobre todo algunos libros, son como llaves que nos abren algo dentro, pero tienen que llegar en el momento exacto. Si llegan muy pronto o muy tarde esa puerta no se abre.
ResponderEliminarYo tuve suerte, Rayuela llegó en el momento preciso de significar muchas cosas..
Totalmente de acuerdo y a mi me pasó lo mismo, descubrirlo fue como un tesoro.
EliminarQué bien lo has expresado...
Rayuela es un libro para sentirlo y no para entenderlo. O así me lo pareció a mí.
ResponderEliminarTambién. Es para todo, creo que esa era su intención. Abogaba por los lectores activos y creativos. Así que...
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarQué bonito Luz, es precioso. Besos :D
ResponderEliminarEs que para mí mí escribía tan bien...
EliminarBesos :D
Puede que sea el momento en que lo leíste. Y quizás cuando encontraste a García Marques ya estabas abierta para otro de los grandes que dieron pasos de gigantes en la literatura de habla hispana.
ResponderEliminarUn abrazo y aquí en el atardece del lunes. :)
Cortázar siempre es una lectura que te atrapa y desde luego leerlo es empezar el año con muy buen pie. Un abrazo y Feliz 2022!!
ResponderEliminarAl menos ha atrapado a algunos, habría que saber si los adolescentes abren esas puertas o prefieren ignorar el pasado.
Eliminar¡Un abrazo y un año lleno de relatos! :)
Sí Allende sí García Márquez. Nada de Cortázar.
ResponderEliminarSerían otros tiempos, circunstancias, otras edades... ¡Sin más!
Abrazos Luz.
Es que eso tiene la lectura, es muy personal Al igual que la música. Un libro, un autor crea determinadas emociones a unos y para otros nada. O simplemente te gusta o no te gusta.
EliminarHablas de Márquez y Allende, son escritores más universales, más conocidos incluso un Nobel y quizás más nuevos, más actuales.
La edad no creo, sino las circunstancias. Son tantos...
Abrazos Ernesto.
Such creativity! Looks to be the start of a great new year for you. Happy writing!
ResponderEliminarIt's a start ... 😀 The rest step by step.
EliminarA great new year ellie and happy writing for you too!
Muy bella tu entrada
ResponderEliminarMe encanta que te guste a ti.
Eliminar¡Vivan los cronopios y las famas!
ResponderEliminarSalu2, Luz.
Justo hoy les he citado en clase "El perseguidor". Tengo una entrevista suya en el programa A fondo (ya no hacen programas como ese), y mira, es que me encanta.
ResponderEliminarNo puedo dejar de pasar por los lugares donde encuentro huellas del gran Julio. Me alegra el reflejo que dejaste, porque supo hacer que esas chispas desbordantes de su mente queden en muchos, entre los que me cuento.
ResponderEliminar