El recuerdo más nítido que jamás he podido ni siquiera diluir fue el día que llegaron dos amigos de mis padres muy cariñosos y delicados para tratar de explicarme que mi madre había muerto pero que siempre estaría conmigo.
Estaba de pie inmóvil sobre las piernas largas y flacas y con cara de 6 años casi.
Sorprendida, no podré olvidar la frase que solté:
"Entonces si se queda conmigo podré verla todos los días y ya no estará enferma, ¿Cierto Victor? " Sonreí abierto y todo se iluminó otra vez. "¿Y dónde está?".
De pronto se cruzó una nebulosa porque no entendía las explicaciones complicadas de los adultos que al final querían decir que no, que no era así, pero que podía sentirlo de esa forma.
Unas cuantas horas después, me llevaron a un salón con mi vestido predilecto, lleno gente. Parecía que todos conocían mejor a mi madre que yo: una mujer extraordinaria, culta, cariñosa, amable, se decían unos a otros entre tristeza y lágrimas. Y casi al final del local estaba mi padre, pálido, rodeado de palabras de consuelo. No pude ver al abuelo.
Una tía dijo, niños vayan a jugar al jardín y con cuidado. Así pasé el resto del atardecer lejos de mi madre con la necesidad imperiosa de tener su mano con la mía, de reír juntas en un jardín como lo hacíamos siempre. El abrazo, su abrazo, necesitaba sus brazos.
Era hora de ir a dormir... Y mientas ella seguía en ese salón rodeada de chistes y risas, yo ya estaba con el pijama de pequeñas flores del campo, abrazada a Lobo y a mi elefantito de fieltro.
Lobo no apartaba la mirada ni yo de él y con un llanto que iba tomando conciencia, le dije
-Tú no me dejas, ¿Verdad?
Era primavera y olía a jazmín.
Imagen de Dorotea
Convocatoria de Dorotea desde su blog Lazos y raíces con el tema "Primaveras".
Uff, no sé que decirte porque me has dejado con un nudo en la garganta.
ResponderEliminarPerder a una madre cuando se es pequeña no encuentro palabras, la perdí adulta y es un dolor y tristeza que no es explicable solo se siente. Te mando un abrazo y creo que hoy te has abierto en canal las emociones.
Un abrazo 💜
EliminarCreo que es la manera más dura de conocer la certeza de la muerte.
ResponderEliminarSí...
EliminarVengo de leer otra "primavera" aun con el corazón encogido, espero que seais las reinas de la imaginación y nada sea cierto. Un abrazo
ResponderEliminarNo es imaginado, pero aunque fuera otro niño niña...
EliminarUn abrazo
Se me acaba de encoger el corazón... es de las cosas más tristes que te pueden pasar en la vida.... Ay! qué lagrimón :P
ResponderEliminarBss
Nunca se borra.
EliminarBss Sylvia
Perder a tus padres es la pérdida más triste de la vida.
ResponderEliminar.
saludos poéticos
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Pensamientos poéticos y ensoñaciones
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Demasiado.
EliminarSaludos
Tremenda la historia y sé que real. Una niña de 6 años nunca debiera vivir eso.
ResponderEliminarMenos mal que tenías a Lobo.
Hay cosas que nunca se olvidan.
Te quiero Luz.
Besisimos
Uf, qué importante fue Moony. También te quiero
EliminarBesísimos
Un recuerdo muy triste, incluso duro y lo has sabido llenar de belleza con tu manera de contarlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Noelia.
EliminarUn abrazo.
Me quedo con el alma encogida… Tremendamente triste, aunque envuelto en la belleza de tu pluma y de tu sensibilidad para narrarlo…
ResponderEliminarA veces la vida golpea duro; no debería ocurrir así…
Un abrazo grande, preciosa Luz 💙
Es la vida y no queda otra que asumirlo.
EliminarUn abrazo preciosa Ginebra. 💜
Muy triste. Nada debe haber para un niño que perder a sus padres tan temprano, sin siquiera haberlos conocido. Un abrazo
ResponderEliminarSiempre queda ese espacio vacío.
EliminarUn abrazo.
Tremendo Luz, tremendo, me ha emocionado intensamente. Muchos besos :)
ResponderEliminar💜
EliminarMuchos besos Margarita.
Creo que no hay edad buena para perder a los padres, pero con seis años te deja la vida rota. No creo que nadie se recupere de verdad de algo así.
ResponderEliminarMás que rota, diría que con un hueco que intentas llenar y nunca lo hace.
EliminarCon seis años viví la muerte de mi abuela materna y me marcó profundamente, no puedo ni imaginarme el dolor de la perdida de una madre a esa edad. Me he quedado descolocada y con un nudo que no se va. Besos y abrazos a ti y a esa niña que vive en tus adentros.
ResponderEliminarLos abuelos tiene que ser muy duro también.
EliminarGracias por tus besos y abrazos de esa niña que no acabó de crecer por completo.
Ninguno, pero...
ResponderEliminarUn abrazo Mari Carmen.
Todos antes o después ( no tanto como tú )pasamos por esa etapa de la vida, la muerte de una madre. Yo la perdí tras muchos años de disfrutarla, bueno tendría unos 45 años Ni que decir tiene que para mi era la mejor madre del mundo.
ResponderEliminarEn tu caso es inconsolable a esa edad, crecer sin ella es como crecer sin un pedazo de tu propia alma.
Un abrazo
Pues sí rodolfo, siempre se hace duro, perder algún hijo, perder a tus padres, es... y sigues, porque siempre hay alguien más que cuidar, que amar pero sabes que falta "eso" en el alma-
EliminarUn abrazo.
Esas cosas nunca vienen bien, ni cuando estamos convencidos de que es ley de vida. Y si, además, uno es un pequeño, el mundo se cae. El pilar en el que apoyarte no existe. A veces tienes una tía, una abuela, pero una madre es una madre. Está mal decirlo pero no es igual que perder a un padre. reo que el vínculo no es ni comparable.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Cierto Mag, por mas ley de vida que sea, nunca se está lo suficientemente preparados. Y sí, todo parece que sea cae, la fuerza protectora, el apoyo como tú dice.
EliminarPues muchos coincidirán que no es comparable, ya que el peso de una madre parece insustituible pero en mi caso no sé lo que es perder en esas circunstancias al padre.
Un beso enorme.
Fijaté que al leerte, no he podido evitar el comparar tu relato con el mío.
ResponderEliminarDos pérdidas. Hijo pierde a su madre....Madre pierde a su hijo.
Ambas situaciones muy dolorosas. Y más para los niños. Los adultos de una manera u otra sobreviven.
Un relato muy emotivo Molí.
Un abrazo.
Sí, fue el primero que leí. Terrible, un hijo...
EliminarMe quedé, uf, hecha polvo.
Un abrazo