Recuerdo una primavera, adolescentes, nos dieron el día libre en el cole y decidimos ir al campo.
Todo era nuevo y brotaba con fuerza; las flores silvestres, algunos árboles. Nos comía el entusiasmo y nos fuimos acercando hacia un grupo de vacas pastando dóciles.
Una alambrada, la traspasamos así como la edad lo permitía todo y de pronto a lo lejos un gigante negro tragando el viento, con un ímpetu tal, que el pánico, al grito de ¡vamos!, nos hizo volar como cometas, saltar la vaya sin darnos cuenta y ya sin poder más, nos detuvimos... Ahí estaba él, un maravilloso ser de casi dos metros con ojos sabios midiendo la amenaza. Cuánta belleza y armonía.
Jamás olvidaré.
Nos quedamos allí mismo; sacamos las provisiones y agua fresca, la brisa joven con perfumes nuevos y la risas viajando entre los árboles, por la vida, por la belleza, por la amistad. Junto a las vacas pastando y a su toro majestuoso.
Qué bonito recuerdo. A mi me pasó haciendo senderismo con Manolo y mis hijas: muchas vacas, muchas vacas...pero de repente, a lo lejos, muy quieto y de frente, nos observaba un toro. ¡Madre cómo imponen! Nos desviamos por si las moscas, jajaja
ResponderEliminarBesos.
Qué lindo Noelia compartir un suceso así y tu con tus queridos. Realmente impone y es hermoso, jajaja.
EliminarBesos.
Eso pasa cuando vamos a su terreno, poder observarlos es un regalo, son animales muy hermosos. Bonita foto. Un abrazo
ResponderEliminarAl estar tan cerca puedes apreciar su majestuosidad y sobre todo su inteligencia y sobre todo su falta de hostilidad. Una maravilla.
EliminarUn abrazo
Hola Luz, son preciosos, realmente majestuosos, eso sí, hay que mantener las distancias porque como tú bien dices, han de proteger su territorio. Besos :D
ResponderEliminarSí, siempre están vigilantes para defender a las demás en caso de que las ataquen. Un movimiento, un ruido.
EliminarMe encantan...
Besos :D
Ese es el regalo de la naturaleza ver a los animales en su habita , libres . Un besote grande.
ResponderEliminarUn regalo siempre maravilloso.
EliminarUn besote.
Mejor verlos en ese estado, sea el tipo de toro que sea, que en el ruedo, torturados hasta la muerte mientras los enfermos aplauden.
ResponderEliminarQué más se puede decir de nuestra especie que ya no sepamos...
EliminarBienvenida 😀
ResponderEliminarLos toros son magníficos, lástima que los usen para lo que los usan.
Hay días de primavera muy especiales que no se olvidan nunca, como ese maravilloso que pasaste.
Besisimos.
Al menos ese es imposible, jajaja. Fue tan hermoso...
EliminarBesísimos
Un buen susto !!... pero a quièn no le ha pasado alguna cosa asi, en plena adolescéncia ? jejejej
ResponderEliminarSaludos ;)
Jajaja, creo que nunca he corrido a tanta velocidad en mi vida...
EliminarPero hay que verlos acercarse eh, son imponentes.
Saludos!
Jajaja, mucho respeto...
ResponderEliminarNosotros al principio no supimos respetar su espacio, pero luego aprendimos o mejor dicho, nos enseñaron.
Un abrazo.
Hoy también ha sido el día la poesía.
ResponderEliminar"Él era un sincero quédate
Ella era un valiente ven,
Ellos eran la ilusión de un arriésgate
Y solo era el primer día de la primera."
Gracias Redri.
Hay animales que transmiten eso, ¿verdad? Las vacas son grandes y tienen cuernos, sí, pero parecen bastante tranquilas, destilan un rollo así en plan, no me hagas nada y yo no haré nada. Pero los toros no, pueden estar la mar de tranquilos y aún así dar miedo
ResponderEliminarMe pasa también con algunas personas, ahora que lo pienso :)
Jajaja, pues sí, es que son impresionantes...
EliminarY con personas ya lo creo que sí. :)
Hay momentos en el campo o subiendo al monte en los cuales, instintivamente, voy buscando lugares a los que subirme o refugiarme si apareciese un miura como el tuyo. Es consustancial con esos lugares... Y no es de ayer.
ResponderEliminar¿Supervivencia natural?... ¡Más bien! :)))))
Abrazos Luz. Ciao.
Tirnes razón, siempre hay que ir con precaución por aquellos sitios donde puede haber algún toro rondando.
EliminarPero los adolescentes ya sabes...:))
Abrazos Ernesto. Ciao.
Un toro, fascinante experiencia... alguna vez lo viví, hoy luzco un corte en mi espalda como cicatriz de un verano. Las púas cortaron sin sentir el corte, mientras como una bandera, quedaban los retazos de la que alguna vez fue, mi remera favorita.
ResponderEliminarUf, eso nos pudo haber pasado a nosotros también, era tal la necesidad por llegar y cruzar la valla...
EliminarHa quedado muy gráfico con la bandera. :)
Hermoso momento que hubiese sido maravilloso perpetuar en un mundo más animal conjugándose con los goces del espíritu humano. Que quede así, tal cual, en un plano sin fin, como si no hubiese más que lo que narras allí, los momentos vividos y dulcemente compartidos.
ResponderEliminarBeso y abrazo primaveral! 🌹🌹🌹