El fantasma triste. Spöke

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El fantasma triste 3. El encuentro 

 
A Spöke decidimos no llamarlo y esperar a que se decidiera solo. Estábamos seguros de que algún día dejaría de tener miedo. 

Era viernes y habíamos llegado de trabajar. Cansados y felices por el fin de semana y en casa que estaba cada día más hermosa como si alguien nos ayudara.

Empezaron unos ruidos diferentes, como una llamada.

Como siempre salían de la habitación desde cuya ventana se asomó la primera vez y que nunca abrimos para preservar su intimidad.

Nos quedamos allí en medio del silencio.

Él: Falsa alarma. 
Ella: Qué raro, se sentirá mal.
Él: bueno, nunca nos pareció feliz.

Ya se iban cuando de pronto se entreabrió la puerta. Definitivamente se trataba de una invitación.

La habitación estaba iluminada y era la copia exacta del salón de la baronesa con el sillón vacío. 

La mente nos dio un vuelco. Qué significaba todo eso.

Sobre la mesa había un álbum cerrado. Respiramos profundo y con decisión lo abrimos. Las primeras fotos de color sepia eran de dos adolescentes, dos pequeños vikingos, felices, llenos de vida con distintas tomas de un bosque. Más adelante ya en un lago, ella y en otra toma él, desnudos como estatuas de mármol esculpidas de ayer.

A medida que íbamos avanzando también cambiaban las edades, las escenas y el color.

Casi al final, ya muy mayores, paseando por la arboleda que tanto amabamos ya.

Al lado del álbum reposaba también una cámara pequeña. La habitación, en absoluto silencio.

Encendimos la cámara...
El objetivo seguía a la baronesa, feliz y sin dejar de reír. De pronto, nos quedamos perplejos y nos miramos consternados, una figura de negro le acestó por detrás un fuerte golpe y la cámara que no se detenía, se lanzó veloz contra ese hombre cada más cerca.

Let la soltó y casi se le cae al piso. No podía ser, el periodista... La voz o algo así moduló: ¡Vård! (Cuidado)

Él: ¿Cómo llegó esta cámara aquí...?
Ella: Todo es tan irreal, absolutamente todo amor, así que preocuparse por eso es una nimiedad. Por qué Spöke acaba de decir cuidado. ¿Seremos nosotros que imaginamos todo?


El ruido de un motor nos despertó de esa pesadilla, salimos, cerramos la puerta y solo se escuchaban los ladridos de Pinki. En nada nos plantamos en la entrada.

Él, jadeando y con un hilo de voz: Sh... Mira por una rendija de la cortina.
Ella, mirando: Es el periodista... Qué hacemos.
Él: No lo sé. Ten fuerte a Pinki y...

Un Bach conmovió los cimientos y el techo. Todo vibraba. La Música era una lengua voraz que se iba estirando por la noche.

Ella: Se está escapando. Va hacia el coche.
Él, llamando por el teléfono,: Será mejor así.

El coche que rugia lleno de pánico junto a nuestra ansiedad, no arrancaba.

Él: Se ahogó el motor. Demasiado antiguo.

Cuando la figura salió y empezó a correr por el Jardín, la sirena ya había llegado.

Dos policías corrieron detrás con Bach mudo ya y Pinki que no paraba de temblar en mis brazos.


Tiempo después hablábamos con la baronesa que quería regresar al palacio donde había sido cortesana.

Le preguntamos qué es lo que le hubiese gustado tener a él.

Un pañuelo, el primero que me regaló cuando decidimos huir para estar juntos. 
Nos despedimos de ella y nos dejó la prenda. 


Tocamos a la puerta y decidimos entrar, reinaba el silencio; olía a jazmín y a paz.

Le dejamos el pañuelo sobre el sofá y salimos con sigilo.

Antes de cerrar, la voz diluida en la brisa pronunció en nuestro idioma cómplice : "Tack" (gracias) y perdiéndose lentamente: "Jag går redan in lugn och orädd bakom henne." (Ya voy tranquilo y sin miedo tras ella.)
Y apenas audible: "Hej då vänner." (adiós amigos).


No paramos de llorar, sabíamos que Spöke ya no iba a estar con nosotros.

Él: Venga, no sufras. Volverá a protegernos. Y nosotros a él. Es un amigo.
Ella: Sí... y esta es su casa también. Cuando nazca el bebé, ¿le ponemos Spöke?
Él riendo: ¿Fantasma? Es raro no sé si le gustará al bebé pero sí, gran idea amor. 


"En la vida, aunque nos cueste creerlo, no todo es lógica. Hay hechos más reales de lo que parecen."
Spöke



Comentarios

  1. Precioso final....maravillosa historia de amor.
    Y, si, en la vida no todo es lógica y hay hechos más reales de lo que parecen.
    Enhorabuena, me ha encantado.

    Besisimos

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    1. Viste, al final era un cuento de amor. 😀
      Me encanta que te haya encantado.
      Besísimos

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  2. Hola Luz, lo he leído tres veces y jooooooooo, es difícil este texto, al menos para mí. Es como si fuera un sueño, pero salen del sueño y sigue la misma escena con los mismos personajes.
    Tal vez el fantasma (amor de la baronesa no cumplió sus objetivos) quedó tranquilo al recibir el pañuelo que años atrás regaló a la Baronesa, su amor infinito.
    Abrazos

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    1. Eso es verdad, parece un sueño, no lo es, vuelva a parecerlo.
      Pero en el fondo es sencillo. Me fascina cuando gana el amor y los fantasmas Enamorados y sensibles.
      Abrazos Isa

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  3. No todos los fantasmas buscan venganza, algunos sólo buscan cerrar una puerta que dejaron abierto y que les impide descansar...

    Me has recordado algo que escribí hace algún tiempo:
    https://www.elartistadelalambre.net/almas-tenues/

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    1. No, no todos los fantasmas tienen por qué dar miedo y vengarse de esa manera. Spöke no se vengó, ante algo inevitable logró lo que quería a través de lo que él fue, una pareja de enamorados llena de ilusión.

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    2. ¡Qué hermosa! Spöke es entrañable y todo lo que rodea esta historia. Al menos a mí me hace tanta falta la ternura, la sensibilidad, lo natural y espontáneo en una época que se está haciendo retorcida, deprimente con tanto odio, distanciamiento y una literatura que quiere ser testimonio de la misma.
      Me he quedado tan bien. Gracias.

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    3. Sabes Lexter, a mí también me hacen falta historias así, no por escapar sino para compensar. Por eso me gusta escribirlas buscar un personaje o una persona de la vida real que me proporcione eso y también hechos que suceden que son hermosos para equilibrar.
      Aunque también, y no queda otra, es necesario hablar de los dramas diarios.
      Me imagino tus días luchando con todo lo que muchos desean ignorar mientras no le sucede, y cómo me gustaría compartir lo que deseas de ternura, sentimientos, contacto afectivo en algunos momentos de descanso como este que te ha llevado a Spöke.:)
      Gracias ti

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