Convocatoria de Myriam desde su blog "De amores y relaciones", ver aquí. Es la primera vez que participo por desconocimiento, pero va de caballos y quisiera compartir un relato real que ya publiqué en abril de este año. Espero que no sea tarde...
Mi querida Percherón
Hacia un año que había muerto mamá y llegó ella para enseñarme la vida y la libertad.
La llamó así durante 6 años Juan el corcho que juntaba por el pueblo de Junco todo lo que encontraba en un carro de color verde arrastrado sin órdenes dócilmente por la hermosa e inteligente yegua Percherón .
Hasta el día que no pudo alimentarla más. El negro Antonio, le comentó a mi abuelo quien pagó lo que pidió Juan y la llevaron a nuestra casa.
El abuelo restauró un antiguo galpón de madera con grandes ventanas que daban hacia la arboleda. Y esa fue su casa a donde entraba y salía cuando quería ya que el abuelo decretó que había llegado su etapa de descanso.
Yo era pequeña y la llamaba tratando de silbar, ella se acercaba trotando y rejuvenecida, bajaba su cara hasta la mía y me daba un empujoncito. Trepaba por su enorme y macizo cuerpo y empezaba la dicha de cabalgar libre, sintiendo su tibieza casi abrazada a su cuello. Era el milagro de la vida entre los árboles con el viento en la cara y acariciado su hermosa melena que se iba rizando hasta llegar a un pequeño manantial, el nuestro, el de las dos. Bebía y comía hierba fresca y yo sacaba de la mochila un pequeño pan de Viena con queso fresco y almendras.
Pasamos veranos creciendo, trepando ágil y sin montura. Aprendí su idioma, sus frases, a busear en su pureza. Heredera de los Perche, de la fuerza y la ternura.
Un día llegó el veterinario, algo no estaba bien, lo sabía. El abuelo me dijo que fuera al colegio que no me preocupara. Abracé a Lobo, un regalo sorpresa del año anterior de Matilde y como cada día, le dije: "no debes seguirme, la directora no quiere."
Y no fui, me quedé vigilando. Me preguntaba por qué Ñata no estaba de pie.
El abuelo salió y no me dio tiempo a esconderme, tenía una mirada extraña, demasiado triste. Me acerqué me dio un abrazo y me dijo que había que esperar.
El veterinario volvería más tarde y aproveché para sentarme a su lado, me miró como siempre, llena de amor, me abracé a su cuello diciéndole que era la más hermosa, lo más grande del mundo, que la adoraba. Que el arrollo nos esperaba.
No pude cenar. Mi padre me dijo que debía dormir para descansar y tía Clara me abrazó con fuerza.
Subí, fui a la ventana y desde allí veía su establo iluminado. Me rindió el sueño y me desperté con un sobresalto y dolorida.
Corrí hasta ella y todavía seguía mi abuelo, me llamó y me dijo que teníamos que despedirnos, que ella estaba muy tranquila.
No quería que me viera llorar. Las lágrimas caían solas, como señal de desgarro. Se iba y no iba a verla más, se iba para siempre. Repetía y repetía : "Te amo... Te amo... Te amo..."
Levantó despacio la cabeza, nos miró al abuelo y a mí con su mirada larga y profunda, sabia y tierna que fue desapareciendo y dejando un aura de bondad y pureza.
Lobo se acercó, se echó a mi lado y apoyó la cabeza en las piernas.
Los demás permanecían cerca de la puerta en silencio.
Triste momento, cuando los amigos se van para siempre...
ResponderEliminarY tanto artur, uf, pero con el tiempo te vas dando cuenta de que no los perdiste sino que quedan para siempre y al final son la gran riqueza que has ido recogiendo en la vida.
Eliminarcreo que los niños que crecen rodeados de animales, aprendiendo a quererlos, son más felices y mejores adultos... además de aprender una valiosa lección: las vidas son breves, debemos aprovechar los momentos.
ResponderEliminarPara mí es fundamental que los niños compartan la vida con las mascotas cuyo término significa "talismán" y aprendan a respetarlos.
EliminarAprenden que no son el centro, que no son el ombligo y a valorar la inteligencia, la sensibilidad de los demás seres vivos.
Hola Luz, en primer lugar u en nombre de todo el grupo juevero te doy
ResponderEliminarla bienvenida. Tu debut es maravilloso, lleno de ternura y plantea con mucha delicadeza el tema de la muerte, a la que todos nos enfrentaremos personalmente o tendremos contacto con ella a través de la partida de un ser querido.
Te cuento como es la dinámica: Cada semana anfitriona una persona distinta y en el cierre de convocatoria que publicaré este sábado, pondré el nombre del próximo anfitrión (anfitriona en este caso) y enlace a su blog, ya que cada domingo anterior al jueves en cuestión se publica la convocatoria con el tema propuesto. Y de miércoles a sábados se dejan en el blog anfitrión en los comentarios el enlace al relato participante. Solemos leernos mutuamente y comentarnos y tratamos en lo posible de que los relatos no sobrepasen las 350 palabras.
Si tuvieras alguna duda eres bienvenida a preguntarme, nos gustaría verte e la próxima convocatoria de este domingo que viene.
Un abrazo
Muchas gracias Myriam por haberme recibido, he leído relatos jueveros y esta vez al ver el tema...
EliminarAdemás has escrito un post hermoso.
No sabía las normas y me pasé con las palabras (más de 500), ay.
Pero con tu información ya lo tengo todo más claro.
Gracias por invitarme para el próximo. Los relatos compartidos son una experiencia única al igual que las cadenas poéticas, o novelas.
Un fuerte abrazo.
Y , desde luego, muchísimas gracias por haberte sumado a esta.
ResponderEliminarHa sido tan bonito que soy yo la que tiene que agradecer 💜
EliminarQue bien que te hayas sumado, así tenemos la fortuna de leer este relato tierno y aleccionador. una historia que llega y hace sentir,. Abrazos
ResponderEliminarEster todavía no te cansaste de mí 😀
EliminarMuchas gracias por tu apoyo constante.
Abrazos
Una entrañable historia que desnuda la relación sincera y profunda entre las personas sensibles y sus animales. Muy emotivo. Un abrazo juevero
ResponderEliminarYo creo que todas las historias con los animales son emotivas por su enorme sensibilidad y sabiduría.
EliminarOtro abrazo juevero para ti Neogeminis.
Muy lindo relato, cuánta imaginación he visto que tienen todos quienes participan de los relatos jueveros. Enhorabuena!
ResponderEliminarDesde ya te sigo y te invito a mis blogs.
Besazo.
Sí Paula, son increíbles... ¿Tú también participas?
EliminarY por supuesto que voy a ir a conocer tus Blogs🙂
Besazo...
He buscado en todo el blog y no encuentro el gadget de seguidores, si lo tienes me gustaría que me lo hicieras saber.
ResponderEliminarQuedo a la espera.
Vale, es que todavía estoy organizando. 😀
EliminarEs lo que nos pasa cuando se nos va un animal. Nos dan la vida y con cada uno se nos rompe un poco el corazón.
ResponderEliminarLo bueno es que se quedan en nuestra mirada, en nuestra alma y nos seguimos amando para toda la eternidad.
Precioso relato y ahora me voy a secar las lagrimas.
Besisimos
Si Moony se rompe pero se va haciendo más grande.
EliminarUn mundo lleno de amor, de sonrisas, de patitas para tus lágrimas.
Besísimos
Lo que nos enseñan los animales no te lo enseñan los humanos. Solo hay que saber convivir sin creerse más que ellos.
ResponderEliminarPienso como tú, es increíble la sabiduría que tienen y al mismo tiempo la humildad.
EliminarY sí es tan sencillo convivir con ellos porque son los que más nos conocen
Que hermoso, que tierno y a la vez que triste, creo que todos los que tuvimos amigos tan especiales pasamos por una experiencia similar y siempre quedará grabada en nuestro recuerdo. Un abrazo enorme.
ResponderEliminarMe encanta lo que has escrito tú, una excelente narradora, porque es así, haber podido compartir con los que se han ido y seguir con los que están va creando la esencia de tu vida.
EliminarUn abrazo enorme
Hola, Luz, muy bienvenida seas a esto de los jueves. Ya verás que hay tema para no aburrirse :-)
ResponderEliminarTú relato es muy triste pero es ley de vida. Para los niños, la muerte es algo diferente a los adultos pero sienten mucho la de los animales. No sé bien por qué pero todos tenemos más recuerdos casi con animales que con personas, supongo que por que se crea un vínculo especial.
Enhorabuena por el relato y nos vemos el próximo jueves.
Un beso.
Gracias por la bienvenida y lo mismo tú.
EliminarCierto, comparto totalmente que se crea un vínculo especial y muy intensas quizás porque son vidas más cortas, dejan tanto en tan poco tiempo...
Un beso
Un hermoso relato lleno de ternura, por ese víncula de bella amistad con la yegua y por la figura del abuelo,siempre eterna y enternecedora. Esos abuelos que tanto amor han volcado sobre las personas que hemos tenido la fortuna de poder disfrutarlos. Y esas mascotas fieles compañeras.
ResponderEliminarUna buena amistad nunca desaparece, tal vez sólo espera para la reunión eterna.
Me ha gustado mucho tu relato.
Bienvenida al mundo de los relatos "Jueveros".
Abrazos.
Es todo un mundo que se ha vivido y que aunque se haya quedado parte en el pasado sigue en su espacio que nunca queda vacío.
EliminarGracias por la bienvenida. He observado que participas mucho sin embargo no está vez... Espero que estés bien.
Abrazos
Una historia preciosa y muy emotiva. Bienvenida a los relatos de jueves, yo llevo poco también y la verdad que me encanta participar y sobretodo leer todos los relatos de los compañeros.
ResponderEliminarUn abrazo y seguiré leyéndote, tu blog es muy bonito.
Para llevar poco y siendo poeta has escrito un relato lleno de magia y belleza como tus poesías.
EliminarUn abrazo y yo
Bienvenida a los jueves de escritura en primer lugar. Decirte que lo haces por la puerta grande con un relato cuya belleza es casi insuperable. Besos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras de aliento, el tuyo es tan entrañable y tierno y coinciden con este, curioso, aunque de forma distinta y otro argumento, los dos personajes y la niña.
EliminarSeguro que eres tú ¿cierto?
Me gustó tanto, como si hubiese un hilo en nuestras vidas.
Besos
Un bello y triste relato, me ha emocionado
ResponderEliminarVaya Maria, lo más importante: compartir emociones...
EliminarUna ternura de relato que me ha emocionado con ese final que me recuerda a otro similar.
ResponderEliminarUn abrazo y bienvenida a los Jueves.
... Coincidir ambas con ese final. Puedo imaginar.
EliminarQué alegría que estés aquí, siempre te leo, te admiro y coincido en casi todo.
Gracias Tracy, un abrazo.
Que bonita historia. Preciosa la comunicación que teníais con la yegua Tal como lo has contado se me han llenado los ojos de lágrimas
ResponderEliminarAbrazos
Oh Isa, seguro que tú sentirías lo mismo... Lo demuestras en cada uno de tos escritos y tus fotos.
EliminarAbrazos
Bienvenida a esta convocatoria , tu texto es dulce, tierno y sentimental que más se puede pedir . Me has hecho sentir esa comunicación de ambos y esas lágrimas correr . Precioso todo lo que se ponga sobra porque tú lo has dicho muy bonito . Un abrazo y repito bienvenida a los relatos de los jueves.
ResponderEliminarGracias por el recibimiento Campirela, los relatos jueveros son un reto muy grande cada semana y vosotros siempre estáis y con tanta calidad. No sé si seré capaz pero lo intentaré.
EliminarUn abrazo.
Al leerlo en abril me conmoví, se me arrugó el corazón y volvió a surgir el mismo sentimiento
ResponderEliminarRecuerdo 🙂
EliminarLa diferencia con los humanos es que nunca defraudan y lo dan todo.
ResponderEliminarSi hubiera que destacar algo, destacaría el final , cuando dedica sus últimas fuerzas (con lo que les debe costar desde la posición de tendidos), a levantar la cabeza e irse mirando a sus seré s queridos.
Bienvenida a los jueveros, (aunque ya pareces bloguera de años}.espero que repitas, aunque me parece que vas a tu aire.
Besoss Musica
Pienso lo mismo... Y es verdad el final es solo de ella, levantando la cabeza, su mirada que se queda para siempre.
EliminarTambién es cierto que voy a mi aire :) pero sobre todo porque escribo a última hora o a la primera y sin un guión específico, con tiempo reducido.
Besoss
Muy tierno post. La amistad de un niño, cuando pierde a su madre, es posible con un perro, o un caballo, de manera similar.
ResponderEliminarUn gusto leerte. Un abrazo
Gracias Albada, yo te leo y eres una gran escritora...
EliminarUn abrazo
Coincido con los comentarios anteriores, es un buen comienzo para los jueves de relatos.
ResponderEliminarTiene emoción tu relato.
Un abrazo.
Es que he leído "relatos jueveros", pero no sabía cómo era realmente.
EliminarEsta vez fue por casualidad.
Un abrazo El Demiurgo.